Cov 19

Nunca creí terminar así mis días, nunca imaginé que la muerte llegara de esta manera abrupta y dolorosa en una soledad hiriente y letal más que la enfermedad en sí. Apenas puedo respirar, me falta el aire., cada día pierdo más y más ese acto natural e involuntario imprescindible para la vida, respirar. Lo dejé todo atrás hace casi siete días, a mi familia, a mis amigos mis calles, mis tiendas favoritas, mi barrio, mi hogar siempre seguro, su decoración acogedora y cuidada al detalle, mi habitación armoniosa donde tantas veces soñé e imaginé mi futuro... Mis libros, mis paisajes predilectos, rutinas diarias que me reconfortaban...ahora no hay nada, solo dolor y soledad. Solo miedo e incertidumbre, si, miedo, miedo a no saber que será de mí, a no saber cuando deje este forzado aislamiento atrás, que me deparará la eternidad, que será de mí cuando muera. Miro a mi alrededor y solo puedo llorar, miro a mi alrededor y no puedo más que maldecir esta situación en la cual miles de vidas se apagarán en torno a mí, frente a mi desconcierto y frustración, frente a la impotencia e indignación solo siendo una espectadora más, en esta demoledora tragedia. Es un dolor que consume lentamente el alma, es un dolor que se aloja en lo más profundo de mi ser y jubiloso juega con mis pocas probabilidades de seguir con vida, un enemigo que se regocija frente al sufrimiento robando lo más esencial de la vida .... No quiero ser un número más en esta fatídica lista, me niego a ser una cama vacía, solo quiero gritar y que tú seas mi voz callada, solo quiero gritar para no ser olvidada.
M.g.l

Comentarios

Entradas populares de este blog

En estos tiempos. . .

Mi primera novela